¿Cómo se mide la vida? ¿Cuáles son los factores a tener en cuenta cuando queremos evaluar la trayectoria de vida de una persona? ¿Se puede establecer una diferencia en los pesos específicos de tal o cual vínculo? Lo que es claro para mí es que cuando se va de este plano una de esas “personas que sí”, da la sensación de que el planeta se vuelve un lugar un poquito peor. De que las fuerzas del bien pierden potencia. 

No sé si se puede medir el impacto que tenemos en las vidas de las otras personas. Una mirada, un gesto, una frase e incluso una palabra pueden generar una marca imborrable, de esas que se entienden mejor desde el cuerpo y no desde la cabeza.

Que difícil es buscar ordenar los pensamientos y sentimientos ante la contundencia de la muerte. De lo que deja de ser como era. De lo que ya no va a poder ser otra cosa en este plano. De lo que terminó un recorrido. Si bien da la sensación de que “no vale la pena preocuparse por las cosas que ya no importan” no sé cuánto de eso puede realmente implementarse. Siento que es poner a la muerte en un lugar de autoridad mapaternalista que viene a enseñarnos cómo deben hacerse las cosas. Tal vez otra opción es “honrar la vida”, pero hacerlo de verdad. No para vivir como si no hubiera un mañana, engrosando el egoismo, sino buscar estar aquí y ahora. Escuchar en serio. Compartir en serio. Sentir en serio.

Mientras escribo estas palabras siento la contradicción de estar buscando abarcar lo inabarcable. De meter en una caja lo que no puede ser capturado. De trasmitir lo que no puede ser dicho. Es que es tal la contundencia de la muerte, que cualquier intensión que un conjunto de oraciones pueda tener queda poca cosa. 

Hace poco leí una frase de Fontanarrosa respondiendo a qué deseaba para su hijo: “deseo que los amigos se pongan felices cuando lo vean venir”. Tal vez ese sea el mejor indicador de una vida, y tal vez sea el mejor parámetro para saber qué tan bien venimos. Por ahí no importan los logros, el dinero, las posesiones, sino ver si estamos haciendo sonreír a quienes nos cruzamos en el día a día.